El concepto de economía circular, relacionado con el reciclaje y uso eficiente de recursos, estará presente en un nuevo reglamento de la UE que pretende reducir las importaciones de fosfato, disminuir los desechos y promover el uso de fertilizantes orgánicos.
La reutilización de estas materias primas, que actualmente son desechadas, es una de los tópicos relevantes que se discutieron en la Comisión Europea durante diciembre de 2015. Se espera que a largo plazo, los residuos orgánicos reemplacen a un 30% de los fertilizantes inorgánicos utilizados.
“El aprovechamiento de bio-residuos como fertilizantes aún es muy bajo en Europa”, indicó Jyrki Katainen, vicepresidente de la Comisión Europea para temas de empleo, crecimiento, inversión y competitividad. “Nuestros agricultores están utilizando fertilizantes fabricados a partir de recursos importados o de procesos intensivos en energía, a pesar de que nuestra industria podría valorizar los bio-residuos. Este reglamento nos ayudará a convertir los problemas en oportunidades para los agricultores y las empresas”, agregó.
De esta forma, se pretende reducir las importaciones de fosfato hasta un tercio, al pasar de 6 millones de toneladas anuales a cuatro. Esta nueva norma también pretende rectificar deficiencias de la del año 2003 que no consideraba problemas medioambientales relacionados a la contaminación por fertilizantes de suelos, alimentos y aguas, tanto continentales como marinas.
Esta regulación considera tres pilares fundamentales: seguridad, calidad y etiquetado. Los productores de fertilizantes tendrán que demostrar que sus productos no superen los límites establecidos para los contaminantes orgánicos, contaminantes microbianos e impurezas físicas antes de que puedan ser puestos a la venta, una prueba obligatoria de conformidad con las normas de la UE.
A modo de ejemplo, el camdio, metal pesado utilizado en la fabricación de fertilizantes de fosfato, deberá reducirse desde 60 mg/kg a 40 mg/kg en 3 años y a 20 mg/kg después de 12 años.
En Chile, los fertilizantes orgánicos están demostrando ser una alternativa viable a los usados tradicionalmente, a pesar de que aún predominan los inorgánicos entre los grandes productores dada la necesidad de un período de transición para la adopción de nuevas técnicas en la agricultura.
La Oficina de Estudios y Políticas Agrarias (Odepa), además de ser la secretaría técnica de la Comisión Nacional de Agricultura Orgánica que preside el Ministro de Agricultura, entrega información estadística y de interés para el sector orgánico a través de artículos, estudios y noticias.
La superficie cultivada de forma orgánica en Chile ha ido variando en los últimos años, considerando que por un lado han aumentado los consumidores dispuestos a pagar un mayor precio por productos orgánicos, pero por otro lado, la aparición de plagas como la Lobesia botrana, han generado la necesidad de fumigar huertos, perdiendo la certificación orgánica.
En el corto plazo, se espera que el cambio legislativo que permite a las organizaciones de agricultores ecológicos (OAE) vender sin restricciones sus productos orgánicos en el mercado interno tenga como resultado un aumento de la superficie orgánica certificada, sobre todo en la producción de frutas y hortalizas. Este cambio actuaría como un incentivo para que los pequeños agricultores certifiquen su producción como orgánica. Además, la difusión del instrumento Focal de Corfo para la aplicación de la Norma Chilena de Producción Orgánica también puede ser otro incentivo para la producción orgánica nacional.
Fuente: Euractiv