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“No hay seguro más importante para los países exportadores de carne que sostener sus estatus sanitarios”

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“No hay seguro más importante para los países exportadores de carne que sostener sus estatus sanitarios”

El director Comercial LATAM y Desarrollo de Nuevos Negocios de Biogénesis Bagó, Sebastián Perretta, aseguró a Valor Agro que América Latina goza de estatus sanitarios diferenciados que permiten tener una participación destacada en los mercados de carne, con el Mercosur como responsable del 40% de las exportaciones globales. Además, dijo que es importantísima la incorporación de tecnología para la eficiencia de la ganadería y señaló que durante diez años los países sudamericanos, a excepción de Venezuela y Colombia, han incrementado la posición en el comercio mundial de carne bovina con nuevos mercados, más volumen y mejores precios, con un estatus libre de fiebre aftosa con vacunación.

Enfocándonos en el plan estratégico de expansión de la empresa, ¿cómo es el presente de Biogénesis Bagó en la ganadería global?

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Somos una empresa con más de 80 años de historia. Nacimos en Argentina y nos fuimos expandiendo por Latinoamérica, principalmente en el Mercosur y después más al norte. Hoy, en la región, estamos enfocados en Argentina, Brasil, Uruguay, Paraguay, Bolivia, Colombia y México. Además definimos al sudeste asiático como un área de desarrollo muy importante, lo hicimos en 1997 exportando vacunas antiaftosa a Taiwán por una emergencia sanitaria. Luego, con un socio montamos una planta en China para producir vacunas antiaftosa. Tenemos oficina en Shanghai para atender a otros mercados de la zona como Corea del Sur, Vietnam, Tailandia, entre otros. También contamos con participación destacada en Norteamérica, a raíz de nuestra expertise en vacunas contra la fiebre aftosa nos convertimos en el banco de antígenos y de vacunas para Estados Unidos y el resto de los países de América del Norte. Y últimamente nos expandimos a Medio Oriente, donde firmamos un acuerdo con un socio privado árabe para construir otra planta de vacunas antiaftosa en Arabia Saudita que permite ofrecer, además de vacunas y fármacos, el servicio de transferencia de tecnología. Por tanto, estamos en tres áreas geográficamente estratégicas del mundo: en Asia más cerca de los cerdos, en Medio Oriente con foco en ovinos y cabras, e históricamente en Latinoamérica para atender la ganadería de bovinos en los siete países. Somos una de las 25 empresas más grandes del mundo en el rubro sanidad animal, y la primera de América Latina.

¿Cómo observa la situación sanitaria actual de la ganadería bovina de Latinoamérica, principalmente del Mercosur?

Latinoamérica goza de estatus sanitarios que son diferenciados y permiten tener una participación destacada en los mercados de carne. Solamente el Mercosur representa el 40% de las exportaciones globales, y se pudo lograr gracias al trabajo mancomunado entre productores, organismos sanitarios y veterinarios para sostener los estatus sanitarios. Los cuatro países del Mercosur están ubicados dentro de los diez principales proveedores de la proteína roja, y no es un dato menor, que también se respalda por los avances en calidad de carne, el mejoramiento genético y la instrumentación de la trazabilidad. Somos actores destacados como exportadores de carne, en un escenario internacional que acelera la demanda y paga más. China se transformó en una aspiradora, pero también hay mucho pedido de otros países, y esa oportunidad se ha capitalizado y se debe seguir profundizando con todos los actores de la cadena.

¿Qué tan importante es integrar tecnología, entre ellas en la sanidad, para aumentar la eficiencia en la ganadería?

En Biogénesis Bagó aportamos tecnología para ser eficientes en la ganadería, y es importantísimo porque con los niveles de stocks que tenemos podemos conseguir muchos más kilos de carne con la mejora de los índices de preñez, de pariciones, y de destetes. La tecnología está disponible en la región, pero debemos mejorar la comunicación para que los productores, y la cadena cárnica, hagan una mayor adopción de la misma. En la región se ha trabajado muchísimo en ser más eficientes y prestar atención en el cuidado del medioambiente, utilizando productos distintivos y de calidad. En ese sentido, el desafío de los países de América Latina es muy parecido.

El surgimiento de la pandemia de Covid-19 a principios del año 2020, que generó mucha incertidumbre global en diferentes ámbitos, ¿cuánto incidió en la conciencia colectiva sobre la relevancia de la salud humana y qué desafíos emergieron en relación a la inocuidad alimentaria?

Después de dos años, la pandemia dejó importantes aprendizajes. Por un lado, todos los que estamos en el sector agropecuario debemos entender que pudimos seguir produciendo sin afectar la oferta de proteína animal para los mercados internos y la exportación. Pero, con respecto a enfermedades virales altamente transmisibles, emergentes, reemergentes, la pandemia y las zoonosis; todas dan mensajes que debemos interpretar y aprender. Enfermedades que entendemos que están sectorizadas en alguna región o que dejan de tener prevalencia, muchas veces saltan de un lugar a otro en consecuencia de la globalización en la que vivimos. Hay que estar alertas, y comprender que muchos de los estatus sanitarios que hoy tenemos pueden pasar a estar en riesgo si no tomamos medidas de acción correctas entre los integrantes de la cadena, ya que pueden afectar el comercio internacional, en este caso de la carne.

Para tener certidumbres ante posibles brotes, como puede ser la fiebre aftosa en la ganadería que significa una barrera paraarancelaria importante en el comercio mundial de carne, en Biogénesis Bagó trabajan con bancos de antígenos y de vacunas…

Hace más de 70 años que producimos vacunas antiaftosa. Somos líderes globales porque entendemos bien de qué se trata la fiebre aftosa y sabemos que el 70% de los animales que pisan el mundo están en regiones endémicas, por lo cual contamos con vacunas de calidad para las distintas especies en las campañas habituales de prevención. Pero también invertimos en producción de vacunas para atender emergencias, acordando bancos de antígenos para Argentina, Estados Unidos y el resto de Norteamérica. En el caso de Estados Unidos, hay que tener claro que son libres de aftosa sin vacunación desde hace 100 años, sin embargo están muy atentos a lo que podría significar que reingrese la enfermedad. Así como apareció el Covid en China y circuló por el mundo, en Estados Unidos realizaron un análisis de riesgo y saben que si reingresa la aftosa y no están preparados las pérdidas podrían representar hasta 200.000 millones de dólares. Tal es así, que elevaron el resguardo y confiaron en Biogénesis Bagó con la firma de un convenio por 17 años para que tengamos concentrado antígeno suficiente por si se llega a reintroducir la enfermedad, y poder formular y envasar vacunas para atender la emergencia en menos de una semana. También hay bancos en Argentina, tenemos la experiencia de manejar bancos, tenemos la capacidad productiva para dar respuestas y tenemos la logística necesaria para atender emergencias a lo largo y ancho del mundo. El banco de antígenos y vacunos está vigente y la empresa lo pone a disposición de las autoridades que así lo requieran.

Vacunación. Foto de Biogenésis Bagó.

¿En economías altamente dependientes de la ganadería, como es el caso de Paraguay y Uruguay que son libres de aftosa con vacunación, es más relevante contar con un banco de vacunas?

Por supuesto. Tanto la vacunación como herramienta de control y eficacia, y los resguardos de bancos de antígenos y vacunas, son fundamentales. No hay seguro más importante para los países exportadores de carne que sostener sus estatus sanitarios. Y en Biogénesis Bagó tenemos conocimiento y mucha experiencia que ponemos a disposición de todos los organismos sanitarios y la cadena cárnica para trabajar en conjunto y no perder oportunidades de exportación de la proteína animal que cada vez se demanda más en el mundo. Para seguir creciendo, es clave sostener los estatus sanitarios.

¿Cómo analiza el avance del plan estratégico de Brasil de erradicar la vacuna contra la fiebre aftosa y que ya logró modificar el estatus de algunos Estados a libre de la enfermedad sin vacunación, en relación a los riesgos comerciales y los costos por vigilancia?

Actualmente hay campaña de vacunación en la región y en los últimos diez años no hemos tenido brotes de aftosa a excepción de Venezuela que tuvo implicancias sobre Colombia. No hay mejor herramienta de control que la vacunación, y países como Argentina, Paraguay y Uruguay han demostrado que de la mano del estatus libre de aftosa con vacunación se pudieron abrir innumerables mercados de exportación de carne. Sabemos que la opinión de los privados es importante, y ellos entienden que la continuidad de la vacuna es clave para sostener el estatus país. Pero, en el caso contrario, lógicamente hay que planificar bien cómo sería esa vigilancia epidemiológica, cómo funcionaría, quién la financiaría, cómo serían los bancos de antígenos y las capacidades productivas de las industrias para reaccionar y tener vacunas a disposición si fuera necesario. Se precisa un debate bien amplio para entender mejor cómo manejar una situación de este tipo a largo plazo, de una enfermedad que es endémica en el 70% del mundo y el Covid-19 dejó mensajes claros sobre la complejidad en ideas de manejo de la vigilancia epidemiológica. Cada organismo sanitario es soberano en este tipo de decisiones.

Las estadísticas indican que en los últimos diez años no surgieron inconvenientes con la fiebre aftosa, a excepción de Venezuela y Colombia como ya se mencionó, y los países del Mercosur lograron un desarrollo comercial relevante con más venta y mejores precios en los mercados…

Es así. Crece la población en países como China, con individuos con mejores ingresos que deciden reemplazar el consumo de proteínas vegetales a animales; ya China tiene casi 400 millones de personas con el poder adquisitivo de Estados Unidos. Y demandan carne bovina, cada vez más, con mejores precios y la oferta sale del Mercosur. Esa evolución de exportación se sostiene con la estabilidad de los estatus sanitarios. No hay retrasos, sino una evolución, y Uruguay es el ejemplo claro de apertura de mercados con un estado libre de fiebre aftosa con vacunación. Una decisión de sostener el estatus sanitario de la mano de la vacuna, que es una herramienta segura y eficaz de control.